El día amaneció frio y despejado, las predicciones eran de sol a raudales, y efectivamente no se equivocaron. A sabiendas de los más de medio metro de nieve que íbamos a tener que padecer, y que, sin embargo no desanimaron a los 25 montañeros que se dieron cita para disfrutar de las ya tradicionales salidas de Bota y Plato.
Ya en Boñar, y con un cafelito caliente en el cuerpo, y gracias a las gestiones de Victor con la empresa local de PormAventura, pudimos disponer y alquilar raquetas de nieve para todos, cosa poco sencilla en la época estival en la que nos encontramos.
Comenzamos la marcha sobre las 10:30 h. en la presa del embalse del Porma, el camino se suponía cómodo y sin desniveles considerables, pero la gran nevada caída en los días anteriores nos dificultaron bastante el avance en todo el recorrido, nos costó acoplarnos un poco a las raquetas y al principio parecíamos algo pato en nuestro caminar, pero una vez adaptados y con una buena organización en los relevos, por parte de todos los integrantes del grupo, éramos imparables ante las adversidades de tener que avanzar por una nieve bastante blanda bajo nuestro pies, donde en cada paso teníamos que levantar no solo el peso de la raqueta, sino también el kilo y medio de la bota mojada, por lo que tuvimos que ganarnos con sangre la merecida comida. En el camino vamos constantemente sumergidos por un bosque de robles y hayas muy desmerecidos por la época del año, algunos pocos todavía recubiertos de líquenes y musgo; por culpa de la nieve y la falta de más tiempo, no pudimos realizar la bajada por el rio Pardaminos, ruta prevista inicialmente y en la zona llamada Valdevales cogimos una bifurcación a nuestra derecha para dirigirnos a la collada Lobera, desde aquí y por la pista nos dirigimos directamente al puente que cruza el rio del Porma a la altura del pueblo Remellan, cosa nada fácil teniendo en cuenta que para salir del puente ( por lo visto privado) tuvimos que andar saltando las verjas que lo custodiaban.
Con un total de 5:00 h, un desnivel acumulado de 920 m, 11,50 km de marcha dura y con el estomago vacio, llegamos a la Venta del Remellan para disfrutar de una contundente comida, bastante buena por cierto, para recuperar las fuerzas perdidas y después de una larga sobremesa retornar a La Bañeza.
¿Te ha gustado esta crónica? Pues no te pierdas nuestra próxima salida el día 08/02/2015 nos dirigiremos a la entrada del Bierzo por la zona de Manjarín para visitar la "Cascada de Gualtón", que seguro, a la altura de estas fechas se encuentre congelada, mas información aquí y para apuntarse aquí.
¡Os esperamos!