Mi GENIAL pesadilla montañera.
De Cordiñanes al Refugio de Collado Jermoso. (Algunos subida al Llambrión) y Subida a la Palanca y bajadaaaaaaaaaaaaaaaaaa a Cain.
La intrépida de mí, a pesar de mis dudas, me embarqué en semejante odisea. Ya me tenía que haber dado una pista la hora. Las 5,45 horas ¿Están puestas las calles a esas horas? Pues doy fe de que sí. Presentaciones y en marcha, risas, café y al tajo.
Subida al Refugio de Collado Jermoso. Sin problema, aunque no fácil.
Como aunque no lo parezca, somos sensatos, los novatos y alguno más nos quedamos en el refugio, viendo a esos aguerridos compañeros escalar por esos riscos de Dios. Qué bien se les veía, que fácil parecía tumbados en aquella hermosa pradera, desde la que horas después vimos un impresionante atardecer…
La cena insuperable, el ambiente inmejorable.
Lástima de sobremesa. Los de las tiendas eligieron el segundo turno y nos dejaron sin asientos. Pero todos juntos en aquel hall tuvo su punto ¿O no?
En las literas, mejor que en los campamentos de nuestra infancia. Los chistes, las historias. Creo que a todos nos dolía la mandíbula de tanto reir.
Y otro error de principiante. Reconocer una debilidad. Me cargué con los ronquidos propios y ajenos. “La Bestia parda”, con lo femenina y delicada que soy yo.
A las cuatro de la mañana no me podía creer los problemas de próstata y vejiga a tan temprana edad. Pero salió una caravana camino del servicio.
Y cuando a las 7 tocan a diana, nos queríamos morir.
Subida a la Palanca. Con ese amanecer, esos colchones de nubes, esas bañeras hasta el borde de espuma. SIN PALABRAS. Casi tocando el cielo.
Bajada a una explanada preciosa donde empezó la parte de pesadilla.
Un compañero que no avanza. Intentos de dos campeones de llevarlo en volandas, hasta que se hace imposible seguir. Helicóptero al rescate y un poquillo de desánimo que con la inmensa bajada va haciendo que las piernas se conviertan en gelatina.
Pero estos chicos (daría nombres, pero todos saben de quienes hablamos…) consiguen lo que parece imposible… Que todos lleguemos a Caín, bueno casi todos. Bañito en el Cares, cañita y de regreso a casa con un regustillo amargo, dentro de un conjunto sobresaliente.
¿Agujetas? Qué se yo que es esto. Lo mismo toqué alguna piedra sideral y me convertí en Robocop.
¿Repetiría la experiencia? Me encantaría porque me lo pasé genial y es un grupo divertidísimo, pero soy realista. No es para todos y no se puede ser temerario.
Muchas gracias.
¡Me quito el sombrero!
P.D.:
Podéis ver el amplio reportaje fotográfico aquí. Y el video completo de todo lo acontecido durante el fin de semana lo podréis visualizar en alta defición en las próximas XVI Jornadas de Montaña de CM Teleno, en el Salón de Actos de la Biblioteca de La Bañeza el 25 de Noviembre a las 20:00 h.
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