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Triunfo en la UltraTrail de Madeira

Hace unas semanas recibimos una noticia genial. Nuestro compañero y socio Juan Carlos Santiago Delgado, alias "pequeñajos", participó en la UltraTrail Island Madeira: 115 Km entre sendas escurridizas, paisajes alucinantes, acantilados con más de 500 mts de cortado, y pendientes y cresteos al límite de lo posible, consiguiendo un primer puesto en veteranos 50 y un 23 absoluto. Un incríble resultado cuya crónica nos relata en primera persona:

Hace años que deseaba correr la Ultratrail de Madeira y por fin las fechas me lo permiten, salimos de PORTO MONIZ, son las 12 de la noche y la tensión se palpa en el ambiente, hay miedo, los Asturianos alucinan y me dicen NEREA MARTINEZ sin duda la nº2 del mundo hizo más de 19 horas y estuvo a punto de abandonar un par de veces, eso siendo la ganadora.

En fin, dieron la salida, las fuerzas están intactas y la peña se desboca, las terribles primeras rampas empiezan a poner orden, aguanto como puedo.

El autobús que nos llevo, me dejó el estómago tocado, salimos más de 400 corredores, la mitad hacen la versión de 85 km, le calculo que me muevo sobre el puesto 80, una bajada no muy larga y resbaladiza me hace ganar varios puestos, la alegría pronto acaba, zafarancho de combate las pendientes son paredes de escalones con troncos resbaladizos, bordeamos cortados espectaculares. He adelantado a mucha gente y voy sobre el 45 pero nuevamente la fiesta se acaba y empieza una subida durísima, tanto que dos veces he tenido que parar a tomar aire, es infernal, lo sufrimos todos y cuando por fin llegamos a la cima llevamos 3.000 mts de desnivel positivo en 30Km, a partir de hay unos kilómetros de transición por praderas de altura, toboganes en los que corro sacando fuerzas de no se donde, bebo y me alimento bién.

Comienza una bajada que parece llegar a los mismos infiernos, el pueblo que vemos entre zetas no se acerca, bajo fuerte por duras rampas y el "maldito" sigue en las profundidades, no obstante bajando siempre disfruto, llego a Corral de Feiras y otra vez terrible subida, me duelen las piernas, cometí el error de no llevar bastones y la fuerza me abandona, es el momento de sufrir con alegria para llegar al siguiente avituallamiento, allí me encuentro con Nicolas de Las Heras, le pregunto  por Fernando  Gonzalez (escribe en corredores de montaña, nos hicimos amigos en la Tordesgeants, quedó 2º en Canadá en una prestigiosa ultra de 200 Km) y me dice que viene por detrás, se ha caido y posiblemente esté tocado. Salgo antes por un pedregal que te retuerce los tobillos, menos mal que acaba en una senda boscosa con saltos y raices en la que me divierto y a la vez me deleito, es momento de hilar fino, empiezo otra subida y a sufrir hasta el siguiente avituallamiento, allí me encuentro con Nicolas y salimos juntos, hacemos muchos kilómetros de amena compañia, charlado afablemente, unas veces tira él, otras tiro yo, hasta que las piernas en unas duras rampas me dicen que no. Le digo a Nicolas que tire, que yo no puedo, me dice que me espera, yo le digo que no (no me gusta llevar a nadie pendiente), sigo como puedo hasta que corono y aunque me han adelantado 4, los vuelvo a cazar bajando y llego por fin al ansiado avituallamiento es el Km 60 y hay comida caliente, como arroz  con carne a la boloñesa. Allí me encuentro con Nicolas y le digo que marche, en esos momentos llega Fernando, coje arroz y se va comiéndolo sin parar, yo pienso.... acabaré como pueda. 

Termino el arroz y prosigo la marcha, nueva subida terrible, "MILAGRO", no me duelen las piernas, subo alegre con la moral por encima de las nubes, adelanto a Fernando y voy como un tiro, me da igual para arriba que para abajo. 

Una bajada imposible por la humedad me hace caer tres veces, los aéreos son sólo imaginables en postal, los bosques se suceden, hasta los aromas de las plantas, es todo un deleite de los sentidos.

El cielo se cubre y no tarda en caer una tromba de agua, menos mal que acabo de pasar una zona peligrosa muy escurridiza, los que vengan por detrás lo van ha pasar mal. Los kilómetros pasan, la meta se acerca, una última levada (canales de riego con poca pendiente y bonitos barrancos laterales).

Ya veo Machico. Son las nueve y comienza a anochecer, el tiempo es desapacible, mi felicidad es total.

Llego a meta, no hay mucho publico, pero siento el calor de los aplausos, la sonrisa de mi mujer, me recreo entrando con mis hijos. Nicolas acaba de entrar, Fernando acusó la caída y entró casi cuatro horas más tarde, a pesar de ello 4º en su categoria y cuarenta y pico de la general.

ENHORABUENA AL CAMPEÓN!!!