Una vez finalizado el verano,
comenzamos la temporada otoñal con una salida de fin de semana, nada más y nada
menos que al pico más alto de Gredos, el Almanzor (2.592 m.). Temíamos que las
condiciones meteorológicas no fueran las más propicias para la ascensión al
pico, pero al final, se nos abrió una media ventana para la actividad
programada por este club. Bueno, y sin más, os detallamos los hechos
acontecidos, donde unos buenos amigos se juntan con un mismo
objetivo, la contemplación y disfrute de la naturaleza en estado
puro.
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Sábado, 6:00 h. de la mañana, por fin llegó el día
para partir hacia Gredos. Sí, lo sabemos, estamos locos por meternos estos
palizones y madrugones, pero ya sabéis, sarna con gusto no pica. Como podemos,
nos acoplamos los quince integrantes que salimos de La Bañeza entre el coche de
Victor, la furgoneta de
Miguel y en el monovolumen de Gustavo, el maletero con las mochilas casi
levantaba el morro de la furgoneta no entra ni un alfiler más; empiezan las
primeras risas, aún con las legañas en los ojos. Desde León vienen otros cuatro
integrantes, nos juntaremos en Benavente, van más tranquilitos, se han conocido
hoy mismo, es igual, no importa, los objetivos son los mismos, y en
Madrid tenemos a otros dos compañeros nuevos, que aún no se han despertado,
claro, es lo que tiene estar más en el centro. Ya en carretera, se oyen mas los
ronquidos que los motores; vamos por la mitad del recorrido y la gente pide
parada urgente, ya sabéis, esas cosas de la vejiga (debe ser la edad); el caso
es que cuando salgo del baño todos tenían un bocadillo de jamón en la mano, por
lo visto incitados por Jose que viene desde Valladolid y nos hemos juntado en
Salamanca, en fin que voy a contaros, vergonzoso, menudas flautas se estaban
metiendo, y luego dicen que vienen a practicar deporte.
Ya estamos en Navalperal de
Tormes los veintidós integrantes de esta marcha, reagrupados y con las mochilas
puestas, son las 10:30 h. de la mañana, tenemos ganas de andar y ver
terreno desconocido para la mayoría; en esta primera jornada. No os voy a dar
la chapa de por donde transcurre el recorrido (os podéis bajar el track aquí), lo
único que os comentaré sobre la ruta, es que subimos por la Garganta de Gredos
hasta el Refugio Elola situado en la Laguna Grande, no muy larga, unos 14,00 km
de longitud y unas 5:00 horas de duración. Previendo las malas condiciones meteorológicas
del domingo para hacer cumbre, decidimos continuar nuestra marcha hacia el
Almanzor ( 6 km. más y 3 horas a mayores, no está mal); no es tarea fácil pero lo intentamos, y después de comer algo
rapidito en el refugio, pusimos nuestros ojos hacia la portilla Bermeja. Vamos
con la cabeza gacha, no queremos ver el desnivel que tenemos que superar,
apretamos dientes y poco a poco vamos subiendo, y sin darnos cuenta, en unas dos
horas estamos disfrutando la cumbre del Almanzor, sublime, las fotos hablan por
sí solas. Toca descender, no queremos quedarnos sin cena, bajaremos por
la canal que se abre en la portilla del Crampón. Sobre las 21:00 h.
estábamos ya cenados en el refugio, descansando y disfrutando de una sobremesa
tranquila con chupito incorporado, pero deseando meternos en el saco, hemos
madrugado más de lo normal.
Domingo, 7:00 de la mañana, hora de tocar diana,
la gente parece que no tiene muchas ganas de levantarse, remoloneando dentro de
su saco a lo calentito, pero no queda otra, el día se presenta incomodo por la
lluvia fuerte que ya estamos escuchando como cae por la ventana. Bajamos a
desayunar, el olor a tostadas recién hechas y el aroma del café nos sirven de
guía, no podemos creerlo, todo un lujo en la soledad de la montaña. Nos cuesta
salir del refugio, nadie quiere sacar la patita por la puerta, vemos que llueve
a mares y el viento es fuerte, no debemos entretenernos mucho, tenemos la
tormenta encima, esto se está poniendo muy negro, todavía nos queda bajar por
la Garganta de Gredos hasta llegar a Navalperal, pero nos enchufamos las pilas
y nos pusimos a bajar como kamikazes por los riscos graníticos escapando de la
ventisca, el vibram hace mas bien poco y el gore-text hace rato que lo perdimos
por el camino, ¡¡ ohh, ohh, PROBLEMAS !!, Gustavo ha introducido una pierna en
un agujero y se ha fastidiado el menisco, no puede continuar andando, pero si nos
quedan 12 km, la tormenta nos envuelve, ¿ qué hacemos?, pues llamar al 112 pero
nada de nada (si dicen que siempre funciona), con la emisora avisamos al
refugio pero tampoco recibimos respuesta, vale vamos a tranquilizarnos, meditamos
las mejores opciones y nos ponemos en marcha, el grueso del grupo continuará poco
a poco la ruta hasta los coches para no empeorar la situación, otros al refugio
para llamar a emergencias y varios asistiendo a Gustavo del frio y los dolores.
Callad, se oye algo, ¡ no ! es el viento, que sí, que lo oigo, y de repente
aparece nuestro ángel de la guarda por el cielo, es el 112, con helicóptero y
todo si el amarillo, pero espera, algo va mal, no para de dar bandazos en el
aire, se va, desaparece, nos miramos unos a otros, nuestras caras reflejan la
realidad, no puede entrar hasta el lugar del accidente, es bastante peligroso.
Chicos no os preocupéis, seguro que ha aterrizado un poco vas abajo y remontan
la montaña con la camilla a cuestas (17 kg. de camilla) a hombros, menos mal
que contábamos en nuestras filas con la experiencia y clarividencia de Juan
Carlos y Miguel el navarro, que rápidamente se pusieron en marcha montaña abajo en
busca del helicóptero para echar una mano a emergencias y portear la camilla;
no tenemos mucho tiempo, Gustavo sujeta la hipotermia cómo puede el hombre;
vale, ya estamos más tranquilos Gustavo está en la camilla con los calentadores
y la férula colocada en la rodilla, ya solo es cuestión de ir bajándolo poco a
poco, es solo 1 km. entre los peñascos, pero para eso estamos sus compañeros y los
de emergencia, dándolo todo; de repente aparecen los del Greim, toman el control
de la situación y entre todos llevamos a buen puerto a Gustavo, que el pobre no
dice ni mu, y eso que le vamos arrastrando todo su trasero por todos los riscos
posibles, atravesando rieras, encajonado entre las rocas, pero ahí está el,
aguantando el tipo, hasta que al final pudo entrar más abajo el helicóptero y medio
en volandas pudieron subirlo al helicóptero, no sin un alto esfuerzo para izarlo
dentro. Ahora ya estamos de
vuelta a casa en los coches, incluido el accidentado, felices porque el
accidente no paso a desgracia, comentado las jugadas y riéndonos de la anécdota,
aun sabiendo que no debemos frivolizar sobre nuestra seguridad y los equipos de
emergencia que se juegan la vida por nosotros, en definitiva, un muy buen fin
de semana que hemos disfrutado andando por las montañas abulenses, aunque un
poco accidentado. Y así transcurrieron los hechos.
Desde el CM el Teleno, queremos
agradecer a todos los asistentes su participación, colaboración y
apoyo, para concluir con éxito la jornada montañera. Al
refugio Elola por la asistencia y colaboración en el accidente. Y como no, a
los servicios de emergencia junto con el Greim, que aun arriesgando sus vidas,
siempre están velando por nuestra seguridad en las montañas.
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